“En cuanto Germán entra en nuestras oficinas vemos la personificación del optimismo anidada en sus ojos; y vemos la ilusión que se desborda en cada uno de sus ademanes, acurrucada en sus brazos; observamos, además, la satisfacción y el orgullo del que ha “parido” una obra gestada con entusiasmo y con fe en uno mismo; en el trabajo bien hecho.”